Raiffeisen Bank Polska requería de una solución moderna para gestionar un número creciente de productos de trade finance, junto con la enorme cantidad de papeleo asociada. Como el procesamiento de estos productos a la vieja usanza, intercambiando correos electrónicos o enviando faxes, entregando documentos en papel y firmando órdenes de emisión con bolígrafo, ya no podía mantenerse, el banco ha presentado un un concepto de digitalización del proceso. Ahí es donde Comarch comenzó su trabajo.